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Asma en Niños

La función pulmonar desempeña un papel muy importante en la vigilancia del asma. El riesgo futuro evalúa la presencia de factores de riesgo para padecer exacerbaciones, para desarrollar una limitación fija del flujo aéreo (infratratamiento con glucocorticoides inhalados (GCI), exposición ambiental a humo del tabaco, contaminantes, alérgenos etc., FEV1 bajo, asma grave y haber requerido varios ingresos) y para padecer los efectos secundarios de la medicación (ciclos frecuentes de glucocorticoides orales, dosis elevadas de GCI)(4). Subestimar la gravedad del asma es una de las causas principales del infratratamiento. En todos los niños en los que no es posible realizar un estudio de la función pulmonar, se clasifica la gravedad de acuerdo a la frecuencia y gravedad de la sintomatología. En niños de menos de 5 años de edad, las clasificaciones anteriores de fenotipos de sibilancias no se han comprobado que sean estables a lo largo del tiempo, y ya no se recomiendan. El asma infantil es una enfermedad muy variable en el tiempo, incluso puede variar a lo largo del año, lo que dificulta su clasificación.

Los estudios complementarios no son la base del diagnóstico del asma, aunque permiten aclarar algunos aspectos en el diagnóstico diferencial de la enfermedad. 5. Tratamiento de mantenimiento: se recogen los dos estudios SYGMA publicados en NEJM, que mostraron que la estrategia de administración de la combinación formoterol/budesónida en un solo inhalador a demanda, en comparación con la del tratamiento continuo con glucocorticoides inhalados en el asma leve, no era inferior en la prevención de exacerbaciones. El mal control de los síntomas es una carga para los pacientes y un factor de riesgo para las exacerbaciones (Tabla XII). Por tanto, los marcadores de la inflamación pueden tener un valor predictivo en un futuro sobre el riesgo de exacerbaciones y la disminución de la función pulmonar, independientemente del nivel clínico que tengan los pacientes. El infradiagnóstico del asma y, por tanto, su infratratamiento, suele ser un problema habitual. Por lo tanto, la valoración del control del asma debería incluir no solamente el control de las manifestaciones clínicas (síntomas diurnos y/o nocturnos, despertares nocturnos, mantenimiento de la función pulmonar, uso de medicación de rescate, limitación de la actividad) sino también el control del riesgo previsto en el futuro de los pacientes (Tabla XI).

Se trata de evaluar la presencia y frecuencia de los síntomas, tanto diurnos como nocturnos, la necesidad de medicación de rescate y la existencia de alguna limitación de la actividad física. No obstante, tales clasificaciones son limitadas por la existencia de pacientes a quienes no se les encuentra causa identificable. No obstante, debemos ser conscientes de que una espirometría normal y una prueba de broncodilatación negativa no anulan por completo el diagnóstico de asma. El asma episódica medicamentosdeasma.com/uniphyl/ puede ser ocasional o frecuente, dependiendo del número de crisis presentes. En niños con el asma mal controlada, el tratamiento de mantenimiento nos suele llevar al control del asma. Dispone de una versión para niños de 9 a 14 años y otra para padres (niños de 2 a 8 años), que evalúa nueve preguntas sobre la clínica en las últimas cuatro semanas y se puntúa entre 0 (buen control) y 36 (mal control). Los síntomas del asma en la adultez, no aparecen hasta por lo menos los 20 años de edad. Recientemente, la FDA emitió una alerta que indica que el uso de salmeterol como monoterapia, puede exacerbar el asma grave y se ha asociado a riesgo de muerte.72 No está comprobada su eficacia y seguridad en niños y se recomiendan a partir de los cuatro años de edad.

• Si tenemos posibilidades en nuestro centro de trabajo, en niños con espirometría normal, podemos realizarles una prueba de provocación por el ejercicio. • En niños que presentan episodios de asma, con o sin antecedentes de atopia, y sospechamos la implicación de aeroalérgenos, estarán indicadas la realización de pruebas alérgicas o ante la imposibilidad de realizarlas, se derivará al alergólogo infantil. Se debe hacer un ensayo terapéutico: si el patrón de los síntomas sugiere asma, si los síntomas respiratorios no están controlados y/o si los episodios de sibilancias son frecuentes o graves(16). Según el Programa de medicina continuada, una definición técnica del asma consistiría en recalcar que se trata de una inflamación crónica de las vías aéreas, acompañada de episodios de sibilancias, falta de aire, opresión torácica y tos. Esta clasificación, nos permite establecer un tratamiento inicial, que se podrá ir modificando según la necesidad para mantener el adecuado control del asma. Clasificar a un niño erróneamente, tendrá un impacto significativo según se le prescriba o no un fármaco de control. Establecido un diagnóstico de sospecha de asma, nos plantearemos la realización de un estudio funcional mediante una espirometría, siempre que el niño por su edad pueda colaborar en su ejecución y completaremos este estudio con una prueba de broncodilatación.

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